«Una banda de arrogantes adolescentes sancionando sus propias leyes. Los ojos de nuestros amigos muertos nos miraban a toda ahora. Eran espíritus protectores aguardando nuestra visita. Montañas de ofrendas al dios más inmoral desperdigadas a nuestros pies. Un lago lleno de papeles de merca abiertos y lamidos. Dormíamos solo como breve tregua en la guerra contra la sociedad».
Investido por delincuentes venerados, blindado con ropa de marca, henchido de cadenas de oro el pecho y montado en una moto ajena, el protagonista doma el agravio de que algunos ten... continue